El Parlamento Europeo estudia un posible “impuesto de carbono” a la carne

Los consumidores pagarían hasta 47 céntimos más por 100 gr. de ternera
Los ingresos se estiman en 32.000 millones de euros y se destinarían a granjas que apuesten por prácticas sostenibles
El Parlamento Europeo estudiará a partir de la próxima semana un plan para incrementar el precio de la carne en toda la UE, con la intención de que refleje los costes medioambientales de su producción, incluidos los de las emisiones de CO2 y pérdida de biodiversidad.

La propuesta de este impuesto medioambiental, que se presenta para formar parte del llamado Acuerdo Verde europeo, se incluye en un informe elaborado por la True Animal Protein Price Coalition (Coalición TAAP), una fundación sin ánimo de lucro integrada por organizaciones de caridad, salud, agricultura y medioambiente, entre las que se encuentra ProVeg Internacional.

El Parlamento Europeo estudia un posible “impuesto de carbono” a la carne. Los consumidores pagarían hasta 47 céntimos más por 100 gr. de ternera. Los ingresos se estiman en 32.000 millones de euros y se destinarían a granjas que apuesten por prácticas sostenibles.

El Parlamento Europeo estudiará a partir de la próxima semana un plan para incrementar el precio de la carne en toda la UE, con la intención de que refleje los costes medioambientales de su producción, incluidos los de las emisiones de CO2 y pérdida de biodiversidad. La propuesta de este impuesto medioambiental, que se presenta para formar parte del llamado Acuerdo Verde europeo, se incluye en un informe elaborado por la True Animal Protein Price Coalition (Coalición TAPP), una fundación sin ánimo de lucro integrada por organizaciones de caridad, salud, agricultura y medioambiente, entre las que se encuentra ProVeg Internacional.

El aspecto clave de la propuesta se basa en los ingresos que generaría, calculados en 32.200 millones de euros anualesentre los 28 Estados miembros para 2030. Esa cuantía se utilizaría principalmente para ayudar al sector agrícola a invertir en prácticas más sostenibles. También podría utilizarse para bajar el IVA y ofrecer subsidios a los consumidores de frutas y verduras, ofrecer apoyo financiero a hogares con bajos ingresos, apoyar a países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, y proteger los bosques y la biodiversidad.

Si los Estados miembros introdujeran este “impuesto de carbono” o “impuesto de sostenibilidad”, para 2030 los consumidores pagarían 0,47 euros más por cada 100 gramos de carne de vaca/ternera, 0,36 € más por 100 gramos de carne de cerdo y 0,17 € más por 100 gramos de pollo. Se calcula que esto llevaría a una reducción de los consumos de vaca, cerdo y pollo en un 67 %, un 57 % y un 30 % respectivamente. La iniciativa podría llevar a una reducción de 120 millones de toneladas de CO2 por año, según calcula el informe de la Coalición TAPP. Esa cantidad equivale a todas las emisiones de cuatro Estados miembros: Irlanda, Dinamarca, Eslovaquia y Estonia, y casi al 3 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE.

“Gravar el coste de la producción de proteína animal en el precio de la carne es un elemento fundamental para cumplircon los objetivos de la UE para el clima, la salud pública y la biodiversidad”, sostiene Cristina Rodrigo, directora de ProVeg España.“Si se reduce el consumo de carne, disminuirán también los gastos en salud, ya que los europeos comen un 50 % más de carne de lo recomendado en las guías de alimentación
saludable. También podríamos ahorrar miles de millones de euros cada año en costes sanitarios”, apunta Jeroom Remmers, director de la Coalición TAPP.

Los eurodiputados debatirán por primera vez la propuesta en un desayuno en el Parlamento Europeo el próximo 5 de febrero, moderado por el vicepresidente de los Verdes, Bas Eickhout, y codirigido por los socialdemócratas Mohammed Chahim y
Sylwia Spurek. El evento ha sido organizado por la Coalición TAPP.