«Los churros son muy sanos, engordan menos que un cruasán o la bollería industrial, es un producto cien por cien natural», afirma Yolanda Barata. La irundarra es la responsable de la churrería que año tras año se instala en Kalebarren durante varios meses. «Llevamos ya unos cuantos años viniendo a Zumarraga, seis o siete. Solemos pasar tres mes y después vamos otros tres a Beasain. Antes también íbamos a Legazpi, pero ahora ahí está mi hijo», continúa.