
El consumo mundial de vino se habría situado en 221 millones de hectolitros en 2023, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Viña y el Vino (OIV). De confirmarse ese volumen, supondría una caída del 2,6% respecto a la ya corta cifra del año anterior y sería la más baja desde 1996. El repunte de los costes de producción y distribución, impulsado por las presiones inflacionistas, provocó un aumento de los precios del vino al consumidor, que ya afrontaba una disminución de su poder adquisitivo.