A pesar de los avatares acontecidos en este viaje, fuimos 100 personas y regresamos todos; en todo momento con mascarillas, eso si, cumpliendo todos con los protocolos Covid que impusimos para la seguridad del viaje.
Todos regresamos con anécdotas para recordar y otras para olvidar.
Dimos una vuelta por San Lorenzo del Escorial, un pueblo precioso, para visitar con más detenimiento.
Disfrutamos del espectacular Circo del Agua, aunque nos tuvimos que ir deforma precipitada, ya que el espectáculo se alargó y teníamos reserva para los autobuses de las luces de navidad.
Madrid nunca defrauda, es un espectacular baño para los sentidos.
De toda esta experiencia, me quedo para mis recuerdos con:
Las caras embelesadas de niños y mayores cuando pasabamos por las calles de Madrid, en el autobús descapotable, disfrutando de la iluminación de las calles, la gran bola que vemos por la Tv., y la iluminación de los edificios.
También me quedo con los aplausos a los payasos, los ojos y bocas abiertos de los más pequeños disfrutando con las acrobacias de los artistas del circo; con los-“mira mami, los camellos, los reyes,….que es eso??”- que yo oía por las calles de San Lorenzo.
Pero sobre todo me quedo, con el ánimo y el apoyo de todos los que fuimos, con las ganas de disfrutar en familia, por que era un excursión muy familiar, como fuimos sorteando todos los contratiempos, y agotados ya, llegamos deseosos otra vez a Carboneras de Guadazaón, nuestro pueblo, porque todo por ahí está muy bien, pero como en casa……Pués eso, hasta la próxima y Felices Navidades a todos.
