
Las pastillas de jabón son uno de los máximos exponentes del movimiento zero waste, aquí residuo cero, ya que usándolas evitamos gran cantidad de envases de plástico, duran mucho y son más económicas que los líquidos. Por calidad-precio y sostenibilidad son una gran apuesta. Eso sí, no nos vale cualquier jabón que priorice colores y aromas por encima del bienestar de nuestra piel y del planeta.