La pandemia puede agravar la crisis del medio ambiente. El uso obligatorio de mascarillas (para protegernos del COVID-19) ha hecho que el consumo de plástico sea inevitable. Si a eso le sumamos el comportamiento incívico de buena parte de los ciudadanos, la imagen la tenemos en mascarillas tiradas en playas, montes y en las calles. Se contabilizan más de 10 millones de mascarillas tiradas por las calles, con el grave perjuicio que ello supone para el medio ambiente.
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