
Pensábamos que estaba desaparecido e incluso que había fallecido, pero nada más lejos: el líder norcoreano Kim Jong-un salió al paso de las especulaciones sobre su estado de salud y tras algunas breves apariciones públicas, confirmó que sigue al pie del cañón como líder de su país y luchando contra todo aquello que haga referencia a occidente. Su última medida ha sorprendido a muchos, y es que el líder norcoreano ha ordenado confiscar a todos los perros de Pyongyang, la capital del país, alegando que estas mascotas representan la ‘decadencia’ de occidente.