El punto muerto del Hospitalillo de Tarancón

El sábado 22 de abril conmemoramos la inauguración del Hospital de Santa Emilia, nuestro hospitalillo, con un poco de lluvia al inicio y muy buena música, de la Aranjuez Jazz Band, cuando dejó de llover. Un espectáculo escucharlos.

Comenzamos por repasar brevemente la historia del Hospital en todo su recorrido, haciendo hincapié en los tiempos de la Restauración, Dictadura de Primo, República guerra y posguerra, que por algo somos una Asociación de Memoria Histórica. Mencionando a Agustín Ull Vernís, director de la clínica Militar nº 4 durante más de un año y represaliado en la posguerra y a Serapio Navarro Cuesta, última víctima de la Prisión Central Monasterio de Uclés, que murió aquí en 1943. Hemos de decir que en este país si se habla de represión en la posguerra, raudos acuden tantos al tópico, no por más extendido menos veraz, de que todos mataron, que todos hicieron igual, no importa que la represión republicana se produjera en un margen de 3 años escasos y la franquista durara décadas. Al hablar del hospital, afirman que no se puede hablar de solo 3 años de la historia del hospital, porque tiene una historia mucho más larga. Y eso sin muestra alguna de asombro por la contradicción; como dijo aquél demócrata de toda la vida, Manuel Fraga, Spain is different. Y es que por poder decir se puede decir cualquier cosa, pero vamos, a nosotros no se nos ocurriría nunca decirle a la Asociación de Belenistas que lo que tienen que hacer es una maqueta de la Batalla de Guadalajara, mayormente porque como su nombre indica hacen Belenes, y muy bien por cierto.

Explicamos el camino recorrido desde que los surcos del azar, como dijo Machado, nos pusieron en la reivindicación por la conservación del Hospital de Santa Emilia en 2011, iniciada a finales de febrero de aquél año por Ernesto Viñas de Brunete en la Memoria y Alan Warren que vino por motivos laborales. En octubre de ese mismo año organizamos junto con un grupo de ciudadanos una guerrilla gallery en el hospital. Se analizó lo poco hecho en la legislatura del PP, salvo destruir parte de los edificios y dejar las tuberías rotas soltando agua cada vez que alguien habría el agua, por ejemplo, para regar la huerta que hubo varios veranos allí, afectando al refugio antiaéreo del hospital más que las 8 décadas anteriores. También se habló del misterio de la destrucción de documentación la mañana del pleno de investidura en junio de 2015, donde había documentación del hospital a la cola de entrar en la trituradora, algo inaceptable en democracia. ¿O no? ¿Sabrían algunos quizás entonces que se iba a cerrar el tren y a revalorizar el terreno una barbaridad? Posiblemente.

Tras reunirnos con la nueva corporación al inicio de aquella legislatura, en 2018 decidimos pasar a actuar directamente en el hospital, cuyo recinto había estado abierto durante más de una década y en un estado penoso por el vandalismo, algo que continuamos hasta el verano de 2019, tras conseguir la protección patrimonial del complejo hospitalario a comienzos de aquel año (no vimos a los voceros del franquismo ni a tantos opinadores de salón mover un dedo la verdad). Así el ayuntamiento se hizo con el uso del hospital y un año después se limpió vía un taller de empleo, que hizo muy buen trabajo, y hasta hoy nada más se ha hecho, a pesar de que se nos dijo que se arreglaría el tejado en 2021 con los remanentes del presupuesto y se anunciara partida presupuestaria para el mismo fin en 2022. El tejado sigue sin arreglar desde 2011.

Y esto nos preocupa mucho. Se nos habla de gestión, de costes, de normas a cumplir para ciertos usos. Y no crean que no lo entendemos. Lo que sucede es que solo recibimos un lenguaje empresarial; somos conscientes de que un ayuntamiento ha de gestionar, pero también lo somos que no debería hacerlo como una empresa, porque digan lo que digan, la inmensa mayoría de las empresas buscan exclusivamente el beneficio económico propio. Precisamente por eso, nosotros echamos en falta una preocupación patrimonial en un pueblo que tanto ha perdido ya desde el tardofranquismo en este aspecto, y que como en demasiados aspectos, siguió perdiendo en democracia siguiendo las mismas líneas de corte. Echamos en falta que las instituciones, que no son empresas, se preocupen por conservar nuestras raíces, por cuidar esas psicogeografías que vinculan a la gente con los lugares de las que el hospital rebosa. ¿Cuántos no tienen una historia que revivir conectada con el hospital? En definitiva, si se conserva el uso, inflexiblemente tratado hasta ahora, y no se conserva el edificio, mal vamos. Sobre todo, porque según la legislación vigente se le puede retirar la protección a cualquier edificio por el Consejo de Gobierno de Castilla la Mancha.

Y es que, aunque algunos desinformados vocacionales sigan ladrando y cale su desinformación, siempre hemos buscado la conservación del edificio como objetivo primero y siempre hemos reivindicado la historia que estos empecinados desconocedores de lo que no es lo suyo siempre han intentado silenciar tan conscientemente. Triste que tantos que no son voceros del franquismo asientan con la cabeza en lugar de informarse, algo infinitamente más humano.

Al final el ferrocarril cerró y se tardó na y menos en sacar un decreto liberando los terrenos de ADIF para su inclusión en la trama urbana. Revalorización exponencial de los precios, buitres de la especulación sobrevolando, quizá desde hace más de 8 años. No es un buen panorama la verdad, ni para el hospital ni para el refugio de la estación de ferrocarril que esta Asociación también consiguió proteger patrimonialmente. Luego pasa lo que pasa y se pierde más patrimonio mientras que hay quien se hincha a ganar cuartos. Como diría el ínclito Rodrigo Rato, es el mercado amigo.

Muchos son los que nos han apoyado con su trabajo, pero muchos más los que han estado de espectadores. Así que, si hay quien se preocupa por esto, quizá sea hora de abandonar las pantallas y hacer algo en el mundo real. Y esperemos que a los vocingleros les dé por hacer algo útil que no sea vocear inopinadamente, porque de momento nada de nada, salvo pintadas, robo de exposiciones divulgativas y voces. Por cierto, el hospital es un edificio protegido patrimonialmente, ¿se ha iniciado investigación sobre las pintadas? ¿Se han eliminado tras 3 semanas? Más que nada porque vandalizar edificios protegidos es algo bien serio. ¿O no?