Sus alumnos le adoran y madres y padres han llegado a recoger firmas y a colocar pancartas a la entrada del colegio para que no se vaya. Ricardo Acosta Alonso llegó hace cuatro años como profesor interino de Educación Física al CEIP La Vega, en la zona alta de Icod de los Vinos, y se encontró un panorama desolador, con una plantilla de profesores que huía en desbandada, unas instalaciones dejadas de la mano de Dios y al borde del cierre, además de un número de alumnos que no llegaba al medio centenar, repartidos en tres aulas en uno de los núcleos de población más castigados por la pobreza del norte de Tenerife.
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