“Qué te parecería hacer la limpieza de casa como la hacen los monjes budistas? No es difícil, al contrario, es muy divertido. Si quieres purificar tu alma sin moverte de casa, puedes hacerlo transformando las tareas del hogar en un ejercicio espiritual”, señala el monje budista japonés Keisuke Matsumoto.
“La jornada de un monje comienza con la limpieza. Se barre el interior del templo, el jardín, y se friega el suelo de la sala principal. No limpiamos porque esté sucio o desordenado sino para librar al espíritu de cualquier sombra que lo nuble”, según el religioso, autor del “Manual de limpieza de un monje budista”.
“¿No se cuenta acaso que uno de los discípulos de Buda encontró el nirvana o liberación del sufrimiento, mientras estaba barriendo?”, recuerda este monje del templo Komyoji (www.koumyouji.com) de Tokio.