«Si deseas que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión» – Tenzin Gyatso, XIV Dalai Lama
El desarrollo histórico de los últimos doscientos años en Occidente ha estado dominado por un discurso sobre el ser humano como una especie básicamente individualista, agresiva y competitiva. Esta visión de la vida como una lucha y de la «supervivencia del más fuerte» ha desembocado en maneras de organizar nuestras sociedades marcadas por el egoísmo, el tribalismo y la deshumanización de «los otros», así como en una relación utilitaria con la naturaleza que amenaza con destruirla, arriesgando con ello la supervivencia del propio ser humano.