El estilo de vida moderno es tan exigente que inevitablemente todos, en algún momento, nos quejamos de algo. La queja es una reacción natural que permite liberar tensiones en situaciones complejas o dolorosas, pero algunas veces, sin que lo notemos, nos roba energías.
No está mal sentir empatía cuando nuestros seres queridos lo están pasando mal, pero escuchar a aquellos que se quejan de todo es más perjudicial de lo que imaginamos.