La conversión de coches con motor de combustión en eléctricos es una modalidad muy poco utilizada por el momento sobre todo por sus elevados costes y por los frenos desde las administraciones por la homologación, lo que terminó por enfriar una industria que buscaba reutilizar y reducir emisiones.
Sin embargo, con la reciente legalización de la homologación en algunos estados, como Francia, algunas empresas han lanzado kits que permiten tener el coche convertido en una mañana, y a un precio razonable.