Los gatos son conocidos por su naturaleza independiente, con un carácter por lo general muy diferente al del perro. Pero, esto no quita que muchos sean cariñosos, ¡incluso tanto o más que los perros! Los gatos pueden demostrarnos su afecto de muchas formas: tumbándose a nuestro lado, paseándose por las piernas, restregándose o… chupandonos. Si alguna vez te has preguntado “por qué mi gato me lame” estas en el sitio correcto para descubrirlo.
Cuando convives con un gato descubres lo increíbles que son como animales de compañía.
Que no te extrañe si solo se acerca a ti cuando quiere algo: comida, llamar la atención o, casi como por un milagro, una dosis de mimos. Quizá es por esto que, cada pequeña muestra de afecto que nos hacen, la valoramos y recibimos con mucho más entusiasmo.