
El Reto Demográfico para incrementar población en los pueblos y ciudades intermedias necesita políticas transversales que faciliten la rehabilitación de vivienda, la calidad en la salud y en la educación y recursos de conectividad y movilidad. Todo ello es necesario para que se produzca un flujo de personas que autorregulen el equilibrio territorial y con ello se incrementen nuevos servicios activadores de economía. Las familias estamos atravesando una crisis sin precedentes en las grandes ciudades y apostar por favorecer ese tránsito a una de las provincias más despobladas llevaría intrínseco un movimiento de personas que de por sí, moviliza la economía y es generador de empleo.