Los sonidos fuertes como petardos o fuegos artificiales son uno de los mayores temores de los perros. El miedo que les produce este tipo de ruido les genera ansiedad e incluso insomnio.
Recordemos que un perro tiene cuatro veces más capacidad auditiva que una persona, y en los casos de animales especialmente nerviosos o sensibles a este tipo de ruidos, se pueden llegar a dar episodios taquicardias, temblores, náuseas, pérdida del control, e incluso el fallecimiento. Por eso es importante, no solo por parte del dueño proteger a su mascota, sino por parte de todos nosotros, tener empatía con el sufrimiento que podemos causarles. Además que no son lo únicos que lo sufren, ya que en distinta medida, es también una causa de estrés para bebés y ancianos.
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