
De la misma forma que el confinamiento por coronavirus ha puesto en valor la calidad de vida en el mundo rural, desde hace ya unos años la crisis medioambiental nos ha hecho que compremos cada vez más productos ecológicos. La conciencia de los consumidores ha despertado. En nuestra mano está cuidar el planeta y de nosotros mismos, proporcionar bienestar y dignidad a los animales de granja y apostar por el negocio de pequeños productores. Y todo a través de nuestra cesta de la compra.