La reducción de estos servicios y la falta de cobertura en los municipios más pequeños de la provincia dificultan el día a día de los mayores, menos familiarizados con las nuevas tecnologías.
La reducción de oficinas bancarias y cajeros complica cada vez más tareas cotidianas como comprar con dinero en efectivo el pan en los pequeños pueblos de Cuenca, una de las provincias más despobladas de España en habitantes y en servicios, donde sus vecinos más ancianos echan de menos un servicio más humano.
