La tauromaquia, ¿Al museo de los horrores?

Es una cuestión de oportunismo. Aprovechando, como dice la frase «que el Pisuerga pasa por Valladolid», los antitaurinos si de algo se alegran de la Covid-19 es que las corridas de toros se han parado en seco. No piensan, pocas veces se les pasa por la cabeza, que es una industria que emplea a muchas personas, aunque ellos solo pongan el foco en las figuras: los toreros. Tan solidarios ellos, de sus cuadrillas y demás personal de intendencia de las plazas de turno ni ERTE ni ERTA, que se las apañen o en el discurso más complaciente dirán que les han liberado de sus cadenas.

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