
Ha ocurrido en Norteamérica. Heather McKelvey, con su hija Catherine, de cuatro años y convaleciente de cáncer se detuvo un momento en un mercado en el que la pequeña Catherine vio un globo de cumpleaños de arcoíris con unicornios en un pasillo más atrás.
Catherine lo quería, no cesaba de pedírselo a su madre, quien agobiada por los gastos de la terapia, no terminaba de decidirse.