En verano las mujeres pasan del empleo a la inactividad en mayor medida que los hombres, ocasionando consecuencias negativas para ellas a corto y largo plazo. Es la principal conclusión de un estudio del Observatorio Social de la Fundación «la Caixa». Se trata de un informe elaborado por profesores de la Universidad de Valladolid, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Alcalá de Henares que analiza cómo resuelven las familias el problema de la conciliación laboral en verano.
Entre los años 2010 y 2019, las mujeres que pasaron del empleo a la inactividad al tercer trimestre del año representan un promedio de 325.730 mujeres, mientras que tan sólo 220.260 hombres se acogen a esta opción. Esta tendencia se ha confirmado en los últimos nueve años, a excepción de 2017.
A partir de los datos obtenidos de la Estadística de Flujos de la Población Activa (EFPA) del INE, el análisis muestra que un 35% de las mujeres aducen responsabilidades familiares o razones personales para pasar a la inactividad en verano. En el caso de los hombres, este porcentaje alcanza sólo el 9,5%. Los autores apuntan también que las mujeres que se pierden están mejor preparadas y con más experiencia laboral que los hombres.