El ritmo de vida que en ocasiones llevamos hace que muchas veces apostemos por la comida rápida. Pero no nos referimos a las patatas fritas o las hamburguesas de conocidos establecimientos, sino a productos ya preparados y listos para calentar o directamente llevarnos a la boca. Es el caso de las ensaladas de bolsa. Ante una emergencia o si no tenemos tiempo, basta con abrir ese recipiente, echarlo todo a un plato y aliñar al gusto.
Son los llamados productos de cuarta gama, uno de los sectores alimenticios más en auge en toda Europa y de los pocos que han resistido en la cesta de la compra en épocas de crisis económica. Y es que, a un precio económico, podemos encontrar en un mismo recipiente toda una amalgama para comer: desde lechuga, pasando por lombarda, escarola, rúcula, col, canónigos, remolacha, pimiento verde o incluso berros.