Dijo San Agustín que «la medida del amor es amar sin medida». No existen límites ni imposibles. Bien lo sabemos en esta sección, donde ya hemos visto a un anciano cantar «You’ll Never Know» para decir adiós al amor de su vida; o conocido al hombre que leía 70 años de diarios a su esposa para luchar contra su demencia. Hoy queremos hablarte de otra demostración de amor tan emotiva como las anteriores: la de un japonés que ha cultivado un inmenso jardín de flores para que su esposa invidente pudiese olerlas.