Durante el día realizamos diversas actividades que nos van consumiendo poco a poco todas nuestras energías. Trabajamos o vamos a clases, quizás participamos en algún curso o vamos al gimnasio, salimos a caminar, hacemos tareas del hogar, en fin, estamos siempre en movimiento. Esto no parece tan malo, al contrario las actividades físicas nos ayudan a sentirnos más vigorosos, prolongan la vida y contribuyen con la buena salud y bienestar. Sin embargo, el desgaste físico no es el problema, sino el desgaste emocional.
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Luis Segarra
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