Una característica clave de una sociedad inteligente es la comprensión de la importancia de invertir energía, recursos y tiempo en prevenir los males psicosociales en vez de solamente limitarse a tratar de reparar sus consecuencias. Incluso desde el limitado punto de vista económico, tiene sentido el cuidado de los niñas/os, pues el coste personal y social de (intentar) reparar las consecuencias de los trastornos físicos y psicológicos derivados del maltrato, el abuso, la negligencia, e incluso más básicamente, de la falta de seguridad, afecto y estimulación, es tremendamente más alto que la estrategia preventiva.
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