Un coche eléctrico emite de media en Europa casi tres veces menos dióxido de carbono (CO2) del que expulsa a la atmósfera un automóvil equivalente de gasolina o de diésel, incluyendo también el generado durante su producción, según defiende un estudio elaborado por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E).
El análisis desarrollado en el estudio tiene en cuenta diferentes criterios como la cantidad de CO2 que se emite cuando se produce la electricidad que moverá el coche o cuando se quema el combustible, así como el impacto del carbono de la extracción de recursos para las baterías o de la construcción de una planta de energía.