Estamos atravesando algo nuevo y desconocido. Nuestros esquemas de seguridad se ven cuestionados y aquello que hace no tanto tiempo considerábamos normal y cotidiano, ha dejado de serlo. Instituciones, líderes y autoridades políticas se encuentran tan desconcertados e inseguros como el ciudadano común. El mundo entero de golpe se siente desnudo y perdido, caminando como un ciego en una guerra que no vio venir.
Tantos cambios, incertidumbre y pérdida de control hacen que nuestras emociones y pensamientos estén más activos que nunca. Es un momento altamente emocional y en definitiva también muy estresante.