En mayo despierta de su letargo el melocotón, tiñendo muchos de nuestros campos con sus rosadas flores y con un perfume que nos demuestra la plenitud de la primavera, en cuyos coletazos comenzamos a ver los primeros melocotones del año.
Sin embargo, su cenit se alcanza entre los meses de julio y agosto, fechas en las que más sabroso, jugoso y carnoso es. Una auténtica golosina natural a la que es difícil resistirse y que tiene ese cariñoso apelativo de fruta de verano, aunque nosotros nos hemos atrevido a hacer muchas recetas con él.