La esencia del problema es que el dependiente genera una frustración o insatisfacción en su área afectiva que intenta compensar centrándose, preferentemente, en sus relaciones de pareja.
El asunto del amor se convierte en lo más relevante para el dependiente emocional, quien vive sus relaciones de manera tan intensa, que no las disfruta ni le permiten ser feliz, ya que lo único que realmente importa es el otro, y no puede concebir su vida sin alguien a su lado.
El amor, por si mismo, es algo positivo. En primera instancia, muchas personas podrían argumentar que no hay nada de malo en la conducta del dependiente emocional, su único pecado es amar demasiado, y por lo tanto, más que un defecto, podría tratarse de una cualidad, pues se trata de una persona dispuesta a darlo todo por amor.
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